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dimarts, 23 de juliol del 2013

JAZZALDIA

Hitos, titanes y descubrimientos



El Jazzaldia que comienza mañana viene cargado de estrellas del jazz, el pop y la fusión. El Jazz Band Ball abrirá en la playa y las terrazas del Kursaal cinco días de gran intensidad y diversidad musical

PHAROAH SANDERS

Todos tendemos, festivales y periodistas, a la búsqueda del superlativo para dar identidad a cada edición de los festivales. En esta ocasión, a las puertas del 48 Heineken Jazzaldia que comienza mañana y se anexiona una decena de escenarios de San Sebastián, los adjetivos grandilocuentes son objetivos: es un hito que John Zorn celebre aquí uno de sus escasos Masada Marathon, y nunca había tenido el Escenario Verde de La Zurriola a tres titanes del pop, en su sentido más amplio y elegante, como Jamie Cullum, Elvis Costello y Belle & Sebastian. También hay titanes del jazz, claro, pero estos son habituales cada año, especialmente en la Plaza de la Trinidad y el Kursaal, tanto como los descubrimientos (haremos varios, seguro) y los reencuentros de quienes ya nos fascinaron en su debut (la asombrosa Shibusa Shriazu Orchestra, por ejemplo). Es hora de ir poniendo en orden la agenda, que sólo quedan unas horas para el comienzo.
El hito: John Zorn y sus doce grupos. Hay que 'poner en valor' como algunos repiten, la excepcionalidad de tener a John Zorn y su Maraton Masada: para el Jazzaldia es como lograr un Oscar, coronar los catorce ochomiles, llámalo como quieras. John Zorn es el más importante músico de jazz contemporáneo (por decir algo: ha tocado absolutamente todos los estilos imaginables), trasciende por completo las categorías de intérprete y compositor y ha impulsado a tantos músicos y grupos en su 'escudería' que su obra (interviene en más de mil discos de un modo u otro) es tan inabarcable como fascinante en casi todos sus rincones. Sus seguidores saben que lo que ofrece el sábado en el Kursaal es insólito, la ocasión de escuchar seguidas, aunque sea durante veinte minutos cada una, a doce formaciones casi todas fundamentales, empezando por los Masada originales, los Electric Masada que cerrarán las cuatro horas de concierto, The Dreamers, Bar Kohba... Para oídos abiertos y eclécticos, un auténtico festín, y una ocasión difícilmente repetible.
Los titanes de la playa. Que tres días seguidos haya figuras de primerísimo orden en el gran Escenario Verde de la playa, con la ocasión de ver ¡gratis! a Jamie Cullum, Elvis Costello y Belle & Sebastian, y más, es otro hito, sin duda. Cullum viene por cuarta vez a San Sebastián, pero se estrena para un público masivo: y viene bien, porque él como ningún joven es capaz de contagiar el amor al jazz, el swing, el pop, el funk, la música de siempre y de hoy, a base de energía desbordante. Y ahora un poco menos jazz, y más pop. Más mayor, pero aún más increíblemente enérgico y versátil, capaz de cantar absolutamente todo y hacer conciertos distintos cada día, Elvis Costello también viene por cuarta vez, pero nunca se había traído a The Imposters, su banda matriz. Uno de los mayores talentos de la música del último medio siglo, así, sin más condicionantes, su concierto será de calidad máxima asegurada y magnético para todo tipo de públicos. Y Belle & Sebastian es nombre clave en el pop 'indie', aunque también ellos trascienden las etiquetas y, sobre todo, las tendencias: constructores de melodías como pocos, escuchar al borde del mar sus canciones, tan sencillas como sofisticadas, puede resultar paradisíaco.
Colosos del viento. La noche del viernes en la Plaza de la Trinidad reúne a dos nombres de diferentes generaciones que, cada uno por su cuenta, están en capítulos definitivos de la historia del jazz. Pharoah Sanders, 72 años, nos brinda la oportunidad, cada vez más escasa lamentablemente, de ver y escuchar en directo a uno de los nombres fundamentales que encabezaron la vanguardia de los años 60, en la línea que va de John Coltrane a Ornette Coleman y Albert Ayler. Los elementos espirituales y rasgos de otras culturales se entrelazaron en su free-jazz. También para su generación es fundamental el trompetista Dave Douglas, el otro coloso de esa noche de sopladores de jazz puro pero abierto. Nos ha visitado en varias ocasiones, pero siempre con formaciones y tendencias distintas. No para de idear cosas y siempre fascinantes. Ahora viene con un quinteto. Pero antes de ese intenso plan jazzero en la Trinidad, por la tarde del mismo viernes, el Kursaal también habrá tenido su coloso, Lee Konitz, 86 años, y además con la entrega del Donostiako Jazzaldia como premio a uno de los creadores del bebop y colaborador de casi todos los grandes del jazz, de Miles Davis a Brad Mehldau.
La diversidad de la voz femenina. Quienes gustan esa faceta del jazz que define una voz femenina tienen su gran noche el sábado en la Trinidad. Pero no son esterotipos, sino dos damas de gran personalidad, las que se dan cita. China Moses es hija de Dee Dee Bridgewater, pero tiene su propia voz hecha con los rasgos clásicos de la elegancia jazzística adaptados a tiempos más eclécticos y con gran capacidad de comunicación con el público. Buika es radicalmente distinta, con su mezcla de jazz, copla y flamenco, todo en uno, que la ha hecho una de las voces más singulares surgidas en España en los últimos años. Y otra personalidad única: la coreana Youn Sun Nah, que pone en vilo a los espectadores, tanto acometiendo clásicos como 'My Favourite Things' como presentando sus propias composiciones, ya se comprobó hace dos años. Para mezclas fascinantes, la de Silvia Pérez Cruz, del folk al jazz pasando por el fado, y con Raúl Fernández 'Refree' entre sus acompañantes. Pero será el domingo, y en el Kursaal, cuando llegue el nombre más popular en esta categoría, Diana Krall. La cantante y pianista viene por tercera vez al Jazzaldia, la tuvimos cuando aún emergía su elegante figura y su delicado modo de abordar tanto clásicos como temas propios. Ahora presenta su notable 'Glad Rag Doll', con el que ha demostrado que no se quiere quedar en el papel de cantante de salón e investiga en las raíces, puestas al día, de los pioneros del jazz y el blues de los años 20 y 30. Tendremos la suerte, además, de que estará con ella y su quinteto, sólo en este concierto, el gran guitarrista Marc Ribot (que el día anterior participará en el Masada Marathon), colaborador del disco.
Japón: imaginación desbordante. Cuando hace tres años vino por primera vez la Shibusa Shirazu Orchetra, unos se quedaron con los ojos y la boca abierta durante varios días; otros lamentaron una eternidad no haber acudido a ver su increíble propuesta, en la que una música excitante e imaginativa de jazz-funk-y-lo-que-se-tercie se combina con bailarines enloquecidos, performances disparatadas y un torrente de color y fantasía en el escenario. Ahora vuelven al Escenario Verde, están ustedes avisados. Pero hay otro nombre japonés que ya nos es familiar, y se nos ha quedado grabado con sus dos actuaciones previas, y especialmente el impresionante concierto que dio en el Kursaal: Hiromi, la pianista veloz como el rayo, de técnica y pasión inagotables. Su trío es sencillamente espectacular, y como tal cerrará los conciertos de la plaza de la Trinidad, y la edición, el domingo.
Dejarse seducir. Entre esos nombres susurrados, ya a gritos para cuando llega al festival, el de Gregory Porter está creciendo mucho. Este cantante se mueve en ese terreno común al jazz, el soul y el musical de Broadway y tiene potencial comercial a raudales. Será de los mayores descubrimientos el primer día durante el Jazz Band Ball, al igual que el pianista Robert Glasper, con su fusión de jazz, rhythm & blues y hip-hop, todo instrumental. Para los más rockeros, imprescindibles Capsula, bien conocidos en pequeños circuitos, pero que tienen la oportunidad de subirse al Escenario Verde y demostrar las tablas que tienen: eléctrizantes, pasionales y con un puntillo macarra y glam. Y la liga del baile, la juerga, el funk y la electrónica no debe perderse a !!! (chk chk chk) aunque su nombre sea difícil de pronunciar y escribir.
Valores seguros. Quizás más en la sombra de las primeras estrellas, pero infalibles como valores seguros que sabemos que son, hay que destacar al pianista Vijay Iyer, que fue hace tres años una revelación que muchos lamentaron luego, por los comentarios, haberse perdido. Aquí está de nuevo. También el bajista Steve Swallow, que muchas veces ha venido con Carla Bley, y ahora es Carla Bley la que se pone al servicio de The Swallow Quintet. Y sin olvidar a dos espléndidos pianistas donostiarras, Iñaki Salvador (aunque solo está en el sector gastronómico) y Mikel Azpiroz, que tiene la oportunidad de presentar su disco nocturno en San Telmo.
Experimentos y curiosidades. Entre lo más experimental e imprevisible, Jan Bang, colaborador de David Sylvian, con su minimalismo electrónico y ambient, aportará nuevos misterios a la iglesia de San Telmo bajo el sugerente nombre de Uncommon Deities, un trío a base de samplers y voz. El mismo lugar acogerá la suma de violín barroco y bajo del Maya Homburger-Barry Guy Duo.

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