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dijous, 18 de juliol del 2013

18 de juliol de 1936


Avui fa 77 anys del començament de la Guerra Civil Espanyola...

A principios de julio de 1936 la preparación del golpe militar estaba casi terminada, aunque el general Mola reconocía que "el entusiasmo por la causa no ha llegado todavía al grado de exaltación necesario".

Con la fecha del pronunciamiento fijada para los días 10 al 20 de julio, en la tarde del domingo 12 de julio fue asesinado en una calle céntrica de Madrid por pistoleros de extrema derecha, carlistas para algunos historiadores, falangistas para otros, el teniente de la Guardia de Asalto José Castillo.
Castillo era conocido por haberse negado a intervenir contra los manifestantes de la Revolución de 1934. Además era miembro de la UMRA e instructor de las milicias de la juventud socialista. El 16 de abril de 1936, durante unos disturbios en Madrid, uno de sus hombres había matado a Andrés Sáenz de Heredia, primo de José Antonio Primo de Rivera y el propio Castillo había herido a un manifestante carlista. Castillo era el número dos en una lista negra de oficiales de izquierdas supuestamente confeccionada por la UME y cuyo número uno, el capitán Carlos Faraudo, ya había sido asesinado.
A primeras horas del día siguiente, 13 de julio, un grupo de guardias de asalto, dirigidos por un capitán de la Guardia Civil, Fernando Cortés, salió a vengar la muerte de su compañero en la persona de algún político de derechas. Buscaron primero a Antonio Goicoechea y a José María Gil-Robles pero, al no encontrar a ninguno de ellos, secuestraron en su propio domicilio y asesinaron a José Calvo Sotelo, el líder de los monárquicos "alfonsinos" de Renovación Española, y abandonaron el cadáver en el depósito del cementerio de la Almudena. En el entierro de Calvo Sotelo el dirigente monárquico Antonio Goicoechea juró solemnemente “consagrar nuestra vida a esta triple labor: imitar tu ejemplo, vengar tu muerte y salvar a España, que todo es uno y lo mismo”. Por su parte el líder de la CEDA, José María Gil Robles en las Cortes les dijo a los diputados de la izquierda que “la sangre del señor Calvo Sotelo está sobre vosotros” y acusó al gobierno de tener la “responsabilidad moral” del crimen por “patrocinar la violencia.
El asesinato de Calvo Sotelo aceleró el compromiso con la sublevación de los carlistas y también de la CEDA, y acabó de convencer a los militares que tenían dudas. Además, Mola decidió aprovechar la conmoción que había causado en el país el doble crimen, y el día 14 adelantó la fecha de la sublevación que quedó fijada para los días 18 y 19 de julio de 1936.


Navarra y el País Vasco


El núcleo fundamental de la sublevación militar en la VI División Orgánica lo constituía Pamplona y Navarra porque allí estaba el general Mola, "el Director", que había organizado el golpe en toda España y en el Protectorado de Marruecos con la colaboración de Raimundo García García, "Garcilaso", director de Diario de Navarra y diputado del Bloque de derechas. Sin embargo, en Pamplona la rebelión no se inició hasta el amanecer del domingo 19 de julio cuando se proclamó el estado de guerra y las milicias carlistas requetés se congregaron en la Plaza del Castillo. En toda Navarra la sublevación triunfó sin oposición, gracias al despliegue de las milicias carlistas requetés, que venían preparándose militarmente desde 1932 y cuyos mandos incluso habían recibido entrenamiento militar y armamento en la Italia de Mussolini. El apoyo de 8.000 requetés había sido negociado por Mola, con la ayuda de Garcilaso y el conde de Rodezno, y convenido con los máximos representes del carlismo reunidos en Biarritz. La sublevación se inició con el asesinato del comandante de la Guardia Civil José Rodríguez Medel, tras negarse este, en conversación con el general Mola, a sumarse a las fuerzas golpistas. En la mañana del 19 de julio fueron detenidos las principales figuras políticas y sindicales del ámbito republicano, que no podían ofrecer ninguna resistencia armada, y ese mismo comenzaron a ser ejecutadas en los alrededores de Pamplona. Al día siguiente, lunes 20 de julio, salieron de la capital navarra columnas de militares y de requetés para "pacificar" la Ribera navarra y dirigirse posteriormente hacia Aragón y los frente de guerra.
La sublevación también triunfa el 19 de julio con facilidad en Álava gracias de nuevo a la activa participación de los requetés y a la movilización popular en apoyo de los militares sublevados (dirigidos por el coronel Campos Guereta, el coronel Abreu y el teniente coronel Camilo Alonso Vega), de forma que ha podido hablarse de una "nueva Covadongainsurgente". En San Sebastián, en cambio, la situación estuvo indecisa al principio a causa de la indecisión del gobernador militar, el coronel León Carrasco Amilibia. El martes 21 la guarnición y la Guardia Civil intentan sublevarse, pero las fuerzas leales y las milicias obreras socialistas, anarquistas y nacionalistas del PNV organizan la resistencia en Eibar. Los militares sublevados se hacen fuertes en el Hotel María Cristina y en el cuartel de Loyola en San Sebastián donde resistirán hasta el 29 de julio. Ni en Bilbao ni en el resto de Vizcaya hubo rebelión militar. Así pues, el País Vasco quedó dividido en una zona leal compuesta por Guipúzcoa y Vizcaya y otra sublevada integrada por Álava, que constituyó junto con Navarra uno de los núcleos más importantes y activos de la zona sublevada.

Algunes portades de diaris del juliol del 1936:








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