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diumenge, 9 de desembre del 2012


ERREALA.  AITOR ZABALETA


Permeteu-me aquest record a Aitor Zabaleta, un aficionat de la Real assassinat a Madrid ahir va fer 14 anys quan anava a veure un partit d'UEFA contra l'Atletico de Madrid a mans de l'ultradreta espanyola.






Aitor se habría ido orgulloso de su Real

·         El día del 14º aniversario de su asesinato, la Real no pudo brindarle el triunfo, pero la hinchada agradeció el esfuerzo

 

Una mañana como la de hoy, hace catorce años, Gipuzkoa amaneció sobrecogida. No por la eliminación de la Real de la Copa de la UEFA la víspera. Fue un suceso infinitamente más grave el que convirtió la mañana del 9 de diciembre de 1999 en la más triste de la historia reciente del club. Miles de guipuzcoanos desayunaron aquel día con la noticia del espeluznante asesinato de Aitor Zabaleta en los aledaños del Vicente Caderón. El seguidor txuri urdin, que luchaba por su vida cuando muchos aficionados se metieron en la cama tras ver el partido de octavos de final de la UEFA por la tele, no pudo sobrevivir a las graves heridas que provocaron sus agresores, con Ricardo Guerra Cuadrado al frente, y de madrugada, falleció.
Ayer se cumplían 14 años del horrible asesinato perpetrado por miembros del grupo Bastión y la Real se había propuesto dedicarle la victoria ayer al malogrado aficionado. Algunos de los futbolistas que estaban ayer sobre el terreno de juego, como Pardo, Griezmann o Iñigo Martínez no llegaban ni a los diez años cuando tuvo lugar el asesinato. Seguro que alguno de ellos ni siquiera se enteró. Pero la afición txuri urdin se ha encargado de mantener vivo el recuerdo de Aitor, hasta el punto de que hoy en día, niños que no habían ni nacido cuando mataron a Zabaleta saben perfectamente quién es y lo que representa para este club.
La Real no pudo ganar ayer y dedicarle un triunfo que le habría hecho esbozar una gran sonrisa desde allí arriba al bueno de Aitor. Se encontró con un buen rival enfrente, pero al menos rescató un punto que Carlos Martínez celebró señalando al cielo con su dedo índice. Seguro que, como gran parte de la afición txuri urdin, Aitor quedó orgulloso ayer del trabajo de sus jugadores. Seguro que habría estado entre ese importante número de asistentes que ayer se quedó a aplaudir a los realistas tras el empate.

En el recuerdo
Antes de agradecer el esfuerzo de los jugadores, el público también tuvo tiempo de recordar a Aitor Zabaleta. En el minuto 14 hubo quien entonó el clásico cántico en su memoria y durante algún otro lance del encuentro se pudo escuchar también su nombre. La afición ayer, sin convertir Anoeta en una olla a presión, estuvo con sus jugadores quizá más que en ningún otro encuentro de la temporada.
Europa se intuía y la afición estuvo más cerca del equipo que nunca. Ni siquiera se escucharon los clásicos cánticos de "Montanier dimisión" y el público trató de llevar en volandas los suyos. Sobre todo en la segunda mitad, en la que los guipuzcoanos dispusieron de algunas oportunidades tras un primer tiempo anodino.
El estadio estaba en ebullición y pedía a gritos ese gol realista, pero Lafita lo dejó helado a falta de sólo cinco minutos para el final del encuentro. No era para menos, su gol parecía decisivo.
Pero el incansable empuje de Carlos Martínez le hizo estar donde suelen presentarse los delanteros para cabecear a gol un centro precisamente del otro lateral, De la Bella. Anoeta enloqueció con la igualada en el 90', apretó para buscar el 2-1, no pudo ser y agradeció la entrega de sus futbolistas con una ovación.

 






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